Buenos Aires - 2014
68 páginas / 14 x 20
ISBN 978-987-3760-00-6
1.
en Almagro: el tramontina en la carne
las mujeres
que linchaban a ese tipo en la vereda
la persecución que terminó incrustada
en la fachada de los sordomudos
y esquivé no sé cómo el incendio
de la verdulería
los robos con rehenes, el pibe asesinado
con un bate el encanto
de este cuadrado de manzanas la magia
mientras yo me convertía en burócrata
mi gato durmió toda la mañana tiene ojeras
pero no voy a sacar conclusiones
no siempre hay que sacarlas
Todo tiempo hablado es crimen, por Noé Vera
Noe Vera sobre Intimidad del mundo, de Cecilia Eraso
4.
parece de repente un buen momento una buena
epoca podríamos incluso esperanzarnos y
olvidar las palomas aplastadas que conté esta semana
los gatos envenenados por los vecinos intolerantes
las pérdidas irreparables de la humanidad
en la que alguien creyó, un culto
a la máquina fatal
adelante
35.
¿vos sabes qué pensás del ruido
sus formas, todas sus apariciones?
ruido es el negro y la aparición del blanco
la estridencia amarga del cuatro y la pava
que no pusimos al fuego
el tecleo frenético y el fuego de la hornalla
mecido por el viento que de algún lugar
sale
(publicado en Intimidad del mundo, Zindo & Gafuri, 2014)
Sobre Intimidad del mundo, por Jorge Monteleone
Jorge Monteleone sobre Intimidad del mundo, de Cecilia Eraso
Sobre Intimidad del mundo, de Cecilia Eraso
zindo & gafuri, 2014
Un sujeto conciente del mundo. Allí donde se halla eso que sangra, lo que se incendia, lo que golpea. Un sujeto que reconoce la exclusión, que se excluye. Eso que está excluido, que es exterior, forma parte de la lengua y parte de la mirada. Y la mirada poética también mira lo que no está. ¿Qué incluir en la exclusión? ¿La intimidad? No: no hay intimidad en este mundo. Lo que hay es intimidad del mundo en lo íntimo. «Como una vida que pareciera depender tan solo / de ese ruido de porotos royal canin / golpeando el plato plástico». EN la intimidad misma del yo está el mundo. «Un pequeño mundo que se estrecha». Lo que se incluye es el poema. ¿Cómo habla el poema en este tiempo sin intimidad o de una intimidad que es pura exclusión? Porque ahora todo es exterior, ahora too excluye, incluso el yo. Y el yo solo puede ser íntimo en el mundo de la extimidad: solo la intimidad del mundo puede hacer hablar una pantomina de intimismo. Por eso el libro comienza con un crimen que parece que se elude: «no todo es crónica del crimen de Almagro» y cierra diciendo «vos acordate de traerme un crimen».
En este libro todo está abandonado: un animal rascando piedras en busca de lo masticable, un chicle en la boca de un pibe que susurra hasta cuando está callado, una uña rota… y todo eso abandonado hace ruido. El mundo de los ruidos. Y allí también se oye la intimidad del mundo. Y un modo de incluirse allí es hablar en el poema acerca de lo atroz y tomar el atajo del habla. «Es una plegaria, una cosa que ninguno / de nosotros hace». Y otro modo es hacer. Por ejemplo, hacer cosas con las manos. O hacer un libro de poemas. La acción es la única forma del habla en medio del ruido. La poesía es esa acción silenciosa en medio del ruido. El poema se transforma en el mantra de la acción.
«No hay otro mundo, enterate / es este» dice al final de poema 12. Y en este mundo no hay intimidad posible salvo la inclusión del poema en la intimidad del mundo. Hacer silencio como si se hablara. Y hablar como si se hiciera algo con las manos. Volver aquí en medio del ruido. Eso es lo que llamaba Pasolini una desesperada vitalidad.
Jorge Monteleone
Nació en Neuquén en 1978. Vive en Buenos Aires. Es docente universitaria en la UBA y en la cátedra de Arturo Carrera en la UNA. También es investigadora en Letras. Publicó los libros de poemas Isolario (cartonerita solar, 2010), Plutón canta (funesiana,2010), Monoambiente (VOX, 2011),pistas (Determinadorumor, 2012) e Intimidad del mundo (z&g, 2014).